domingo, 29 de enero de 2017

Navidad, ¿qué es en realidad para nosotros?

Aunque mucha gente espera con ansia la Navidad, yo la encuentro encuentro como una fiesta discriminatoria.
Como bien sabéis todos, en Navidad se celebra el nacimineto de Jesús de Nazareth, y éstos días nadie acude a su puesto de trabajo porque ese día es festivo nacional. Pero, ¿quién lo celebra realmente?
Foto de turismo.infoclima.com
Esta fiesta es celebrada (supuestamente) por los cristianos, pero acutalmente, un 30,7%  de la población practica otra religión o es atea. Entonces, ¿ellos que celebran el 25 de diciembre?
Es por esto por lo que antes me he referido a esta fecha como a una fiesta discriminatoria; la gente que celebra la Navidad, o Semana Santa, cuenta con esos festivos locales (más de nueve) marcados por el Concordato del Reino de España con la Santa Sede firmado en 1979.
Pero, ¿porqué no pueden, por ejemplo, los judíos tener festivo el 1 de octubre, que es cuando celebran ellos es año nuevo? ¿No se supone que este país es aconfesional?
Entiendo que las tradiciones son las tradiciones, y que se celebran desde hace cientos de años, pero considero que se podría no solo aceptar las otras religiones, sino también integrarlas para que así, tanto católicos como judíos puedan celebrarlas.
Foto de hacerfamilia.com
Además, otra cosa con la que no estoy de acuerdo, es el gran gasto que lleva detrás. Este año, los españoles se han gastado una media de 682 euros, siendo 262 euros para regalos. Hace unos días lei en una revista que una mujer gastaba lo mínimo durante todo el año para, en Navidad, poder regalar1000 regalos a cada uno de sus tres hijos. Auque sea un ejemplo exagerado, es real, y es lo que os quiero hacer ver. Un estudio ha revelado que cada niño recibe una media de diez a doce regalos en estas fechas, entre tíos y tías, abuelos y padres. Y el problema es que despúes de abrir unos cuantos regalos, el niño o niña pierde la ilusión y se vuelve apático. Por eso, han establecido la regla de los cuatro regalos, donde debe recibir una prenda de ropa, un libro, algo que necesite y un regalo que realmente desee. Lo que quiero hacer ver es que la cantidad de regalos no tiene porque ser tan exagerada, pues en realidad, se juega con su ilusión.

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